martes, 20 de noviembre de 2007

cambalache



Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...

¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!

Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!

¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!

No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,

¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!

¡Cualquiera es un señor!

¡Cualquiera es un ladrón!

Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!

El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!

¡Dale nomás!

¡Dale que va!

¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!

¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!

Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley

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