miércoles, 14 de noviembre de 2007

Edgar Allan Poe





LENORE

¡El vaso se hizo trizas!

Desapareció su esencia


¡Se fue; se fue!

¡Se fue; se fue!


Doblad, doblad campanas,

con ecos plañideros,


Que un alma inmaculada de Estigia

en los linderos
Flotar se ve.

Y tú, Guy de Vere,

¿qué hiciste de tus lágrimas ?


¡Ah, déjalas correr!


Mira,

el angosto féretro encierra a tu Leonora;


Oye los cantos fúnebres que entona el fraile;

ahora


Ven a su lado, ven.


Antífonas salmodien a la que un noble cetro


Fue digna de regir;


Un ronco De Profundis a la que yace inerte,


Que con morir


Indignos,

los que amabais en ella solamente


Las formas de mujer,


Pues su altivez nativa os imponía tanto,


Dejasteis que muriera,

cuando el fatal quebranto


Posó sobre su sien.


¿Quién abre los rituales?

¿Quién va a cantar el Réquiem?


Quiero saberlo, ¿quien?


¿Vosotros miserables de lengua ponzoñosa


Y ojos de basilisco? ¡Mataron a la hermosa,


Que tan hermosa fue!


¿Peccavimus cantasteis?

Cantasteis en mala hora


El Sabbath entonad;


Que su solemne acento suba al excelso trono


Como un sollozo amargo que no suscite encono


En la que duerme en paz.


Ella, la hermosa, la gentil Leonora,


Emprendió el vuelo en su primer aurora;


Ella, tu novia, en soledad profunda


¡Huérfano te dejó!

Ella, la gracia misma ora reposa

En rígida quietud; en sus cabellos


Hay vida aún; mas en sus ojos bellos


¡No hay vida, no, no, no!


¡Atrás!

Mi corazón late de prisa


Y en alegre compás.

¡Atrás!

No quiero
cantar el De Profundis majadero,

Porque es inútil ya.


Tenderé el vuelo y al celeste espacio


me lanzaré en su noble compañía.


¡Voy contigo, alma mía, sí, alma mía¡


Y un peán te cantaré!

¡Silencio las campanas!

Sus ecos plañideros


Acaso lo hagan mal.


No turben con sus voces la beatitud de un alma


Que vaga sobre el mundo con misteriosa calma


y en plena libertad.


Respeto para el alma que los terrenos lazos


Triunfante desató;


Que ahora luminosa flotando en el abismo


Ve amigos y contrarios; que del infierno mismo


al cielo se lanzó.


Si el vaso se hizo trizas,

su eterna esencia libre


¡Se va, se va!


¡callad, callad campanas de acentos plañideros,


que su alma inmaculada del cielo en los linderos


Tocando está!



1 comentario:

konst dijo...

=)
la mona esta linda me gusta edar y me gusto el enshulamiento a tu blog