Por la única razón que quiero beber de esas aguas
es porque sé que hago mal.
Está prohibido, pero, siempre lo prohibido ha tenido un sabor tan especial... algo irresistible para mis sentidos.
Lo sé, es uno más de mis caprichos, sin embargo este es fuerte y tentador
si las circunstancias me impiden tenerlo, se pone cada vez más interesante...
No puedo controlarlo
lo imposible suena bien...
Mas en algún momento acabará ese encanto
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