Yo que por sobre todo, cuerdo y loco
gusto de la verdad en la impaciencia
y consecuente hasta la incongruencia
estrújome la lengua, nunca el coco,
cuando en materia de mujeres toco
mi trompetilla, pierden su elocuencia
los maestros del arte y de la ciencia,
los pongo de perfil, fuera de foco.
Con la libreta de la carne en mano
miro fijo a los rojos comensales
y me la paso por los recojones;
las tengo allí -he cortado por lo sano-
fichadas por sus datos genitales
y con sus respectivas direcciones.
gusto de la verdad en la impaciencia
y consecuente hasta la incongruencia
estrújome la lengua, nunca el coco,
cuando en materia de mujeres toco
mi trompetilla, pierden su elocuencia
los maestros del arte y de la ciencia,
los pongo de perfil, fuera de foco.
Con la libreta de la carne en mano
miro fijo a los rojos comensales
y me la paso por los recojones;
las tengo allí -he cortado por lo sano-
fichadas por sus datos genitales
y con sus respectivas direcciones.
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